“El día que se aprobó la ley vino un muchacho de una oficina de acá cerca, muy gringo, que no hablaba ni una palabra en español, y me dijo enojado en inglés que quería comprar marihuana, fue una locura”, cuenta riendo Juan Pablo Tubino, dueño de Yuyo Brothers, una tienda que ofrece todo tipo de parafernalia para fumar –desde vaporizadores hasta pipas con forma de lápices de labios–, además de vestimenta y accesorios con la hoja de marihuana.
Tubino, que instaló su negocio hace 13 años en Montevideo y en el balneario La Pedrera, señala que desde que se aprobó la ley que reguló todo el mercado de la marihuana en Uruguay, en diciembre pasado, son habituales los clientes que llegan buscando la droga.
“En la pasada temporada en La Pedrera vino un argentino que me quería comprar, insistía en que yo tenía (cannabis) y que le tenía que vender”, dice.
Muchos “ya vienen directamente a pedir marihuana, como si fuera un hecho que estamos vendiendo. Y todavía falta un montón de camino por recorrer para que se llegue a la venta”, añadió, recordando que el cannabis solo podrá conseguirse en farmacias.
Según la ley, solo se podrá acceder a la droga mediante el autocultivo, perteneciendo a un club de consumidores o comprándola en farmacias autorizadas, con un límite de 40 gramos mensuales. Los usuarios deberán optar por una sola de estas posibilidades.
Pero es la reglamentación de la ley, que el gobierno presentó este viernes 2 de mayo, la que recién pone en marcha el proceso de otorgamiento de licencias, plantación, cosecha y distribución de la droga, por lo que la venta legal comenzaría recién a fin de año, según las autoridades.
La droga estará además limitada a mayores de edad residentes en el país.
Salidos del closet
Los autocultivadores han salido del closet, según Juan Andrés Palese, uno de los tres jóvenes que abrieron en diciembre de 2012 ‘Urugrow’, el primer “grow shop” del país.
Menos de un año y medio después, el discreto local en una vieja galería de Montevideo se mudó a otro cinco veces más grande y ofrece desde modernas carpas de cultivo “indoor”, lámparas o macetas, hasta sustrato o fertilizante importado para las plantas. Desde diciembre “se acercan muchos brasileños y turistas” al comercio, dice: “La mayoría pregunta sin pudor si vendemos marihuana o semillas”.