México ha evitado denunciar que la escuela de Ayotzinapa, donde estudiaban 43 jóvenes para magisterio rural desaparecidos hace nueve meses, está en una zona violenta por el cultivo de amapola para producir heroína exportada a EEUU, denunció el ex presidente de Colombia (1990 -1994) César Gaviria.
“En México no hay ninguna tendencia a responsabilizar a los EEUU de nada; me sorprendió con la muerte de los estudiantes en Ayotzinapa que nadie dijera que en esa zona hay cultivos de amapola que derivan en heroína con destino a EEUU”, dijo desde Bogotá el ex mandatario y ex secretario general de la OEA (1994-2004) en entrevista con el semanario mexicano Proceso, publicada este domingo.
México ha padecido unas 100.000 muertes por el narcotráfico en ocho años y los jóvenes fueron masacrados el 26 de septiembre por policías y narcos confabulados con el alcalde de Iguala, en las montañas de Guerrero, según la investigación federal; pero el presidente Enrique Peña actúa “como si fuera sólo un problema de México y como si nadie más tuviera que ver”, señala Gaviria.
“No, perdón, esa es una zona tradicionalmente productora de opio, que se vuelve heroína y que se exporta a EEUU; ellos tienen una responsabilidad, pero nadie dice esas cosas”, denuncia el ex mandatario que combatió al colombiano Cártel de Medellín en los años 90.
México “no ha querido meter en su política internacional la dimensión de la política de drogas, lo cual es absurdo por el problema de seguridad pública que tiene; es su principal problema, su más grande problema”, dijo Gaviria, quien ahora impulsa una crítica a la política de EEUU por un cambio en las políticas antidrogas de Washington hacia el mundo.
El 95% de la cocaína que decomisan en EEUU procede de México y de Colombia: “si uno tiene esa realidad, ¿dónde está el éxito de la política antidrogas?”, se pregunta Gaviria, quien promueve un nuevo enfoque internacional junto con otros expresidentes latinoamericanos de Brasil, Chile y México.
En EEUU 60% de los presos fuma mariguana, “¿si no pueden controlar eso en las cárceles, cómo lo van a controlar en las calles?”, ironiza el líder liberal.
“No tiene sentido que México no use su política exterior para presionar cambios en las políticas de consumo de drogas (…), y (el presidente Enrique) Peña Nieto como que ignora eso”, señala Gaviria, quien ha sumado a su crítica a EEUU al ex secretario general de la ONU Kofi Annan.
Gaviria reemplazó en 1989 como candidato presidencial del Partido Liberal a Luis Carlos Galán, asesinado por el Cártel de Medellín, y tres meses después, el jefe de esa mafia Pablo Escobar también intentó matarlo a él, haciendo estallar un vuelo de Avianca Bogotá-Cali, que Gaviria nunca tomó, donde murieron 110 personas.
El nivel de violencia que practicaba el Cártel de Medellín “era muy superior al que hoy practican los cárteles en México”, dice Gaviria, quien negoció en 1991 el encarcelamiento de Escobar, fugado en 1992 y abatido por la policía en 1994.
Más que las hectáreas de cultivos ilícitos erradicadas, la cantidad de droga incautada o el número de arrestos, “lo importante debe ser la reducción los daños relacionados con la prohibición: el crimen, la violencia, la corrupción y las violaciones a los DDHH”, define.
“Colombia y México tienen que hacer una cosa importante: pedirle a EEUU que cambie y que acelere sus decisiones en política antidrogas, porque no nos puede tener en la ficción de que todavía están el prohibicionismo”, afirma el ex mandatario de 68 años.
Pone como ejemplo que 23 estados de EEUU ya tienen mercados legales de mariguana para uso medicinal y 17 despenalizaron la posesión personal de esa droga para fines recreativo, a través de referendos.
“Entonces el debate de drogas en EEUU se reduce a que la política fracasó y hay que ensayar otra cosa, tan simple como eso”, puntualiza Gaviria.
México y Colombia deben decir a EEUU: “Ustedes tienen que cambiar de política. Miren nuestros muertos. Ustedes tienen una mayoría ciudadana que quiere cambiar de políticas. ¡Cámbienlas!” puntualiza el expresidente.