Por Miguel Alonso Rivera Bojórquez*
El camino de la guerra contra el narcotráfico ha adentrado a México en la violencia y la miseria, el enfoque prohibicionista y punitivo de las drogas ilegales evidentemente no funciona, y el seguimiento de una economía ilícita constituye una amenaza para la seguridad y el bienestar de la población no solamente en nuestro país y América Latina, sino en el mundo moderno, advirtió la periodista Alexa Pauls.
La coordinadora del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter (PAPWR 2015) -periodista alemán refugiado en México a mediados del siglo pasado- sostuvo que la elección del tema para su novena convocatoria “Política de Drogas: Desafíos y Nuevas Perspectivas” tiene el propósito de generar un debate informativo, creativo y plural sobre esta problemática global y tan relevante para México, país en el que se consumen, producen y trafican drogas de manera ilegal.
La Fundación Friedrich Ebert inició el proyecto y lo impulsó durante cinco años. Luego se fueron sumando otras instituciones alemanas con sede en México. Actualmente, son nueve los organismos alemanes, con intereses y trabajos muy distintos, los que se unen para fomentar la libertad de expresión y otorgar un reconocimiento a la actividad periodística de calidad en México.
De estas, cinco son fundaciones relacionadas a los cinco partidos políticos grandes alemanes (Friedrich Naumann, Heinrich Böll, Konrad Adenauer y Rosa Luxemburg, además de Friedrich Ebert), la Embajada de la República Federal de Alemania en México, la Cámara Mexicano-Alemana de Comercio e Industria, el Instituto Cultural “Goethe-Institut Mexiko”, y por primera vez se suma Deutsche Welle, televisión alemana para el extranjero.
Los directivos de estas instituciones, comentó Alexa Pauls, tienen un pulso bastante afinado y saben cuáles son los temas sensibles. En 2014 escogieron el tema de la corrupción y este año 2015 eligieron el tema de la política de las drogas para poner el dedo en la llaga: “El Consejo del PAPWR 2015 observa que el camino de la guerra contra el narcotráfico nada más nos ha adentrado a la violencia y a la miseria, y nos aleja totalmente de la meta, que sería más seguridad y salud para todos los involucrados”.
LA GUERRA CONTRA LAS DROGAS DEBE TERMINAR POR INEFICAZ Y CONTRAPRODUCENTE
En 1998, fue la anterior sesión especial sobre drogas de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGASS). Dieciocho años después será la siguiente sesión especial, en 2016.
Durante este tiempo, además de la reunión de Viena en 2008, se ha dado un proceso histórico que cuestiona el actual control mundial de las drogas.
En 1998 el objetivo era lograr un mundo sin drogas, ahora en 2016 las perspectivas serán otras.
Recientemente, el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon advirtió que “debemos considerar alternativas a la criminalización”, y que el nuevo enfoque para reducir los daños “debe estar en la salud pública, la prevención, el tratamiento y el cuidado, así como en estrategias económicas, sociales y culturales”.
El mensaje: La Guerra contra las Drogas debe terminar por ineficaz y contraproducente.
En este contexto, Alexa Pauls sostiene que el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter (PAPWR 2015) busca estimular el debate en la búsqueda de políticas de drogas más progresistas y humanas.
“México es un país importante donde se consume, se produce y se trafican drogas de manera ilegal”, dijo.
En conversación con Alexa Pauls reflexionamos sobre esta experiencia: Por más severas que sean las penas no inhiben el delito y esto es algo que históricamente se ha demostrado en obras como el “Tratado de los Delitos y las Penas” de Cesare Beccaria. Actualmente vemos que las políticas de combate al narcotráfico no están dando los resultados que espera la sociedad.
“Los políticos, en todo el mundo, se han dado cuenta que no es el camino punitivo, prohibicionista y que el enfoque del tema de las drogas debería ser más social, de prevención, educación y programas de salud. Se deben crear las condiciones correctas para que las personas adictas a ciertas sustancias puedan consumirlas de manera más sana. Brindarles una salida de este contratiempo en su vida y no abandonarlos, encarcelarlos y hacer un problema mucho más grave de lo que es”.
LAS DROGAS NO VAN A DESAPARECER: FORMAN PARTE DE LA HISTORIA DE LA HUMANIDAD
A principios del siglo XX, le comenté a Alexa Pauls, se dio el movimiento universal de la prohibición de las consideradas hoy drogas ilícitas. De esta manera, sociedades que tenían hábitos o costumbres como los fumaderos de opio donde algunas personas de élite acudían a tertulias socialmente aceptadas, pasaron de ser refinados intelectuales a vulgares drogadictos e incluso delincuentes.
“Las drogas han formado parte de la historia de la humanidad y en los primeros rasgos culturales entre algunos pueblos antiguos encontramos semillas de plantas alucinógenas. La droga es un ingrediente de la cultura humana que ha pasado por muchas etapas (de la prohibición a la aceptación y viceversa), igual que el alcohol en Estados Unidos que pasó por una fase de prohibición completa hasta establecerse otra vez como una bebida legal. Las drogas no van a desaparecer, tampoco la guerra punitiva y prohibicionista las va a hacer desaparecer; la cuestión es: ¿cómo podemos regular el consumo y el tráfico, la compra-venta de esas sustancias, sin crear más daño, más crimen del que ya existe?”, expuso Alexa Pauls.
— De manera ilícita las drogas han ocasionado problemas extraordinarios de salud como se ha visto con el alcohol adulterado que causa daños tan graves como la ceguera, y existen sustancias que son veneno puro afectando al organismo de forma catastrófica. ¿Bajo la óptica de observarse las drogas como un producto legal podrían ser sometidas a controles de calidad?
“El punto de vista de la salud es sumamente importante porque hay que reconocer que las drogas circulan más en grupos vulnerables como los jóvenes. Tanto la juventud como todos los ciudadanos tenemos derecho a información clara sobre las sustancias y sus consecuencias. En el ámbito prohibicionista y oculto es mucho más difícil informarse.
Hay cifras interesantes de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que afirman que solamente un tres por ciento de la población mundial son usuarios habituales de drogas ilícitas y de ese 3 por ciento únicamente un 12 por ciento desarrolla una dependencia o una adicción. Hablamos de que el 90 por ciento de los usuarios de sustancias ilícitas no son problemáticos, ya sea que usen drogas pocas veces o que sepan bien cómo usarlas.
Entonces, eso que mucha gente dice: pues si levantamos la prohibición todo mundo va a caer en la adicción, es un panorama muy oscuro y no es muy realista.
Creo que justamente el control de la calidad de las sustancias y la buena información proporcionada por instituciones gubernamentales, prensa y libros nos pueden poner en un camino más sano y a salvo”.
DERECHOS HUMANOS, PIEZA CLAVE EN EL CONTROL DE LAS DROGAS
— Los derechos humanos deben ser pieza clave en el control de las drogas desde diversas perspectivas. Por un lado están los usuarios y por el otro los campesinos (narcojornaleros) que, obligados por su precaria situación, se adentran en esta economía ilícita.
“Se rompería el círculo vicioso del mundo ilegal si tuviéramos plantaciones de cannabis medicinal en ciertas regiones del país que se ofrezcan para el cultivo, se podría elaborar y emplear a mucha gente a un nivel legal, y vender esas sustancias legalmente a farmacéuticas en Europa y Estados Unidos. El lucro no sería para el narcotráfico sino sería una sustancia con impuestos y ganaría realmente el país y los mexicanos”, precisa sin cortapisas Alexa Pauls.
Los derechos humanos siempre estarán en contra de cualquier medida que quebrante el derecho de llevar una vida digna y el actual control de las drogas no tiene una visión humana.
“Hay muchos ejemplos de países en el mundo que han ensayado un nuevo acercamiento. Políticos y líderes de opinión se están dando cuenta, no hay respuestas ni soluciones claras. Sin embargo, hay ejemplos de países que ensayan nuevas políticas como Uruguay, algunos estados de la Unión Americana y Suiza que en los 90´s tuvieron graves problemas con una escena de drogadicción muy abierta por lo que establecieron centros en los que sí se pudo atender bien a los drogadictos.
Cada país tiene que analizar su situación y encontrar respuestas. Por eso pusimos este tema en la mesa: porque los medios son un ámbito en el que se pueden discutir alternativas, proponer diferentes proyectos y llamar la atención de iniciativas que se están llevando a cabo en diferentes estados de la república.
Lo que queremos lograr es que los periodistas pongan ejemplos en la mesa y que el público esté también más involucrado, y no piensen nada más que las drogas son malas y qué bueno que el gobierno está luchando contra los malos; el tema es mucho más amplio y complejo, y esperamos tener postulaciones muy interesantes con diferentes ángulos”.
ADICTOS, IGNORADOS EN LOS SISTEMAS DE SALUD
El enfoque de las drogas ignora el aspecto social y de salud. Las personas enfermas de adicciones no tienen cabida en los sistemas sociales de salud. No existe una integración de los derechos humanos en el régimen de control internacional de drogas, fueron aspectos relevantes abordados en la entrevista.
Sin embargo, Alexa Pauls, aunque reconoció la ausencia de esos aspectos básicos, destacó las grandes diferencias –en el tratamiento del problema de las drogas- entre países.
“Francia es un ejemplo de vanguardia: hay que señalar su sustitución de la heroína por otras sustancias y son ejemplares sus centros de salud sumamente bien equipados, con personal capacitado que sí trabaja de una manera profesional con los drogadictos y les ayuda a controlar su adicción y encontrar una salida. Pero todo eso es cuestión de recursos, presupuesto.
Lamentablemente aquí, por cada dólar que México ha invertido en la reducción de la demanda, se gastan 16 en el control de la oferta. En lugar de meter el dinero a programas de salud y de prevención, todo se está yendo al combate de los cárteles cuando deberían destinarse recursos y potencial humano a un trato diferente de las personas involucradas con las drogas”.
— En el marco del fenómeno de la legalización de la mariguana, ¿qué se está haciendo actualmente para promover los derechos humanos en el control de la drogas a nivel internacional?
“Hay varios países como Uruguay que argumenta que no solamente el uso medicinal de la mariguana es legal sino que es un libre derecho de cada ser humano decidir cómo quiere gozar de su vida, decidimos qué libros leer, qué comida consumir, y así también podemos decidir qué fumamos.
Se trata de un debate muy abierto que toca derechos básicos que también son puntos sensibles porque obviamente el efecto de una droga de las que ahora consideramos ilegales puede sacudir mucho más a una persona que tomarse una cerveza.
Son derechos humanos básicos pero también conllevan ciertos riesgos y siempre debemos asegurar que haya un marco de contención para que los jóvenes o las personas puedan experimentar quizás con algunas sustancias pero siempre en un contexto seguro”.
Alexa Pauls comentó que el monitoreo y observaciones de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes ha demostrado que el camino punitivo y de prohibición no ha resultado efectivo. Ha llegado la hora de cambiar planteando un nuevo acercamiento, un control de drogas basado en los derechos humanos con la aplicación de nuevas medidas basadas en la realidad que estamos viviendo.
“El primer canal sería la información clara y objetiva sobre el uso de las drogas, sus efectos, consecuencias, y las maneras de cómo se trafican hoy en día, educar a los jóvenes, tener buenos programas en instituciones de salud, en materia de educación y de prevención en las escuelas, en la comunidad y en las familias. El trabajo inicia con nuestros hijos en el hogar. Los gobiernos deben hacer eso para salir de este infierno tan oscuro que se ha creado relacionado con las sustancias ilícitas”, dijo.
DROGAS ILÍCITAS, IMPORTANTE CAUSA DE MUERTE, CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD EN MÉXICO
En México se manifiestan todos los eslabones de la cadena de la economía ilícita de drogas –consumo, producción y tráfico. De acuerdo con un informe de la Comisión de Estupefacientes de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), en el año 2012 se registraron 1,278 casos en México en los que el uso de drogas ilícitas fue identificado como la principal causa de muerte. Tampoco se pueden pasar por alto las miles de muertes a raíz del combate contra el narcotráfico. El sistema penal y los centros penitenciarios tampoco se han escapado de sus efectos. Los costos son evidentes para la sociedad y la economía, y se manifiestan en la violencia e inseguridad que sufre todo el país.
Así lo advierte en su convocatoria el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter (PAPWR 2015) y señala:
El gran reto para los gobiernos es atender esta situación desde un enfoque integral que considere los derechos humanos como fundamentales, para que las políticas y medidas que se impulsen garanticen el bienestar y seguridad de las personas. La corrupción y la impunidad dentro de los aparatos estatales, así como diversos factores sociales, económicos y geográficos en este conflicto dificultan la búsqueda de soluciones. El desafío consiste en encontrar políticas que minimicen los daños causados tanto por las drogas como por las políticas de prohibición y regulatorias.
En el debate existen al menos dos tendencias: un enfoque que opina que la prohibición de drogas es necesaria para la protección de la salud pública y evita males mayores, en particular para los grupos más vulnerables de la población; otro enfoque que sostiene que no se puede comprobar que la despenalización resulta en un aumento de consumo, y que busca romper con estigmas y criminalización de las personas usuarias de drogas. Cambios legislativos en varios países de las Américas –como Estados Unidos y Uruguay- ensayan la distribución controlada de algunas drogas dentro de un marco jurídico bien definido, aunque muchos expertos dudan que una liberalización parcial tenga un efecto positivo en cuanto al mejoramiento de la situación de seguridad.
Por tal motivo, el Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter (PAPWR 2015) busca estimular el debate y generar nuevas perspectivas en torno al tema de las drogas ilegales.
“En lugar de escribir –concluyó Alexa Pauls- sobre los horrores de la narcoguerra y aspectos desastrosos, buscamos que el tema de las drogas se aborde desde otros puntos de vista, ver la situación desde otras perspectivas y abrir los ojos. Que los periodistas hagan su labor por todos los medios, impresos y electrónicos, para dar a conocer alternativas políticas en esta búsqueda de soluciones e informar al pueblo. Esa es la tarea fundamental de la prensa: presentar información para que la ciudadanía esté informada y pueda tomar sus decisiones con libre albedrío”.
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* La coordinadora del Premio Alemán de Periodismo Walter Reuter 2015 señala: “Por cada dólar que México ha invertido en la reducción de la demanda, se gastan 16 en el control de la oferta. En lugar de meter el dinero a programas de salud y de prevención, todo se está yendo al combate de los cárteles cuando deberían destinarse recursos y potencial humano a un trato diferente de las personas involucradas con las drogas”.
Fuente: Crítica política: http://www.criticapolitica.mx/118128