En visita en Hermosillo Santiago Roel Rodríguez, creador de Semaforo Delictivo Nacional manifestó que a nivel nacional 50% de los homicidios son ejecuciones del narco-menudeo. Que el narcomenudeo se pelea cada esquina, cada secundaria o preparatoria, cada antro, cada plaza.

Hay estados o ciudades en donde más del 80% de los homicidios son ejecuciones del mercado negro. Vivimos la peor estrategia que se pueda pensar.

El consumo de drogas “ilegales” en México ya no es delito desde el 2009 (Artículo 479 de la Ley General de Salud); se permite la posesión de drogas para consumo personal.  Pero la producción y venta siguen siendo ilegales. Es una política absurda pues crea un mercado negro que operan las mafias.

Las mafias se encargan de promover las drogas con libertad entre los jóvenes. Por eso han incrementado los consumos en México. Pero además, el mercado les da una inmensa capacidad económica para corromper o amenazar autoridades. El 74% de os jóvenes en México opinan que es sumamente fácil obtener mariguana.  Quien dude de esto, que le pregunte a su hijo sobre el tema y se sorprenderá.

Una vez que las mafias se posesionan de la plaza, se extienden a otros mercados y a otros delitos y lo que pudo ser un problema de salud ahora se convierte en un problema policíaco, de inseguridad nacional y de mala imagen para el país.

La mal llamada guerra contra las drogas nos cuesta 24 mil pesos al año a cada mexicano, pero también nos cuesta entre 8 y 10 mil muertes,  secuestros, extorsiones, desinversión, ansiedad, frustración y una total pérdida de confianza en las autoridades.

Es un fracaso rotundo por el lado que se le vea. Y lo absurdo es que seguimos insistiendo en esta estrategia cuando lo más racional y efectivo es retomar el tema como lo que es: un tema de salud y un tema económico.

Es necesario que el mercado de las drogas lo controle el Estado a través del sector salud, como ya controla el alcohol, el tabaco y los medicamentos. Actualmente, el estado control el mercado de la morfina. Esa es la propuesta de la Comisión Global y nosotros la avalamos.

El mundo ideal es un mundo sin la necesidad de sustancias psicoactivas, pero no existe ningún país que lo haya logrado. Por tanto, es mucho mejor estrategia el control estatal para reducir consumos, proteger a los jóvenes y acabar con toda la violencia que vivimos.